La morosidad afecta al 60% de las pymes

Según el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial elaborado por Cepyme y la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa (Dgipyme), el 60% de las pymes españolas tienen facturas pendientes de cobrar de más de 60 días de retraso (1).

Cerca de 60.000 empresas han desaparacido entre 2007 y 2012 únicamente por problemas de morosidad.

Los costes de no cobrar a tiempo:

Los retrasos en el cobro de facturas suponen un alto coste para las empresas y no todas las pymes son conscientes del coste que representa el hecho de que un cliente no pague a tiempo.

Que un cliente no realice sus pagos supone que la empresa no dispone de liquidez. Es posible que para conseguir recuperar esta falta de liquidez la empresa acuda a pedir algún tipo de crédito, lo que implica un coste adicional. 

Además, la empresa pierde oportunidades de trabajar con otros clientes que sí que pagarían y por lo tanto pierde o limita sus oportunidades de crecimiento. Por otro lado, la empresa sigue haciendo frente al pago de nóminas de trabajadores que realizan tareas para un cliente que no paga.  

A todo esto hay que añadir los impuestos y la obligatoriedad de pagarlos trimestralmente con independencia de que se haya cobrado o no la factura. A la vez, también existe un importante riesgo de perder proveedores a los que la empresa no puede pagar a tiempo como consecuencia de su falta de liquidez.

Todos estos factores hacen que la morosidad tenga unos altos costes para la empresa que no recibe los pagos a tiempo. Unos costes que van mucho más allá de la deuda en sí.


La importancia de mantener el cliente

Uno de los principales miedos de muchos empresarios es tener que reclamar ese pago que no se ha realizado por temor a que se puedan romper las relaciones y perder a un cliente. Para ello es importante trabajar en la recuperación de los impagos entendiendo la importancia que tiene cada cliente siempre a través de un trato correcto, con estricta confidencialidad y con grandes dosis de ética profesional.

Lo más importante es no perder la relación con ese cliente ya que el mayor activo con el que cuenta hoy en día cualquier empresa son sus clientes sean o no morosos.  

Para esta gestión  Geseme Legal ofrece un servicio de Prevención de la Morosidad destinado a ayudar a las empresas a reducir su deuda y/o convertirla en Deuda Joven.

A través de insistencia, negociación y comprensión, conseguimos acelerar y recuperar los impagos a la vez que se mantienen las relaciones con el cliente. 

En Geseme Legal, contamos con una experiencia anterior de 5.000 casos en los que hemos trabajado la morosidad con un alto porcentaje de éxito y consideramos que la clave es actuar lo más rápido que sea posible ya que si las deudas son inferiores a 2 meses, el éxito de cobro de esa deuda se produce en un 87% de los casos. Por el contrario si las deudas son de más de 6 meses, se reduce el porcentaje al 50%. Es lo que conocemos como Deuda Joven. Cuánto antes se decide actuar, mejor se puede prevenir la morosidad.

Para ello es importante que esta tarea se deje en manos de profesionales que se dediquen a trabajar activamente para que la deuda sea lo más baja y joven posible. Confiar en un equipo especializado que lleve el control y el seguimiento necesario de la morosidad de los clientes es la mejor solución para  muchas PYMES que no cuentan con un departamento dedicado a los impagos y que deben dedicar sus esfuerzos a su actividad principal. 

Más información sobre el servicio de Prevención de la Morosidad Geseme Legal: www.geseme.com/es/prevencion-de-la-morosidad.php


(1). Según datos publicados en el periódico El Mundo: http://www.elmundo.es/economia/2014/07/22/53ce55c922601dea3b8b458b.html