Participación de Geseme en la 8ª Edición de la "Cistella Solidària": Canastas contra el cáncer infantil!

Cistella Solidària es una jornada deportiva que tiene como finalidad la recaudación de fondos destinados a la investigación del cáncer infantil que realiza el laboratorio del Hospital Sant Joan de Déu.


Geseme estuvo presente en la edición de este año, la 8ª, además de como patrocinador, participando con un equipo en el torneo de empresas. 

Asimismo, Geseme se encargó de la asistencia sanitaria durante el acto mediante la presencia de la Dra. Casilda Garcia, especialista en Medicina del Deporte.

Os dejamos con algunas fotos del evento que acabó con una recaudación total de 24.065€ que servirán para investigar en la lucha contra el cáncer infantil.



PRL EN LA COCINA: Prevención de riesgos laborales en restaurantes


La restauración es un amplio sector económico en nuestro país. 


El  riesgo potencial de accidentes de trabajo  es considerable en especial si tenemos en cuenta que es un sector donde a menudo los contratos son temporales y los empleados no siempre tienen el nivel de formación y experiencia adecuado para cubrir determinados trabajos de temporada.  

Tanto cocineros como camareros están expuestos a diferentes peligros físicos (caídas, trastornos musculoesqueléticos, cortes, quemaduras), peligros derivados del uso de sustancias  químicas (detergentes, desinfectantes,. ...), riesgos biológicos (piel y alergias respiratorias) y  psicosociales como consecuencia de la forma en la que se desarrolla el trabajo (horarios extensos, trabajo nocturno, riesgos psicológicos, las presiones de los clientes).

Por tanto, las medidas tanto colectivas como individuales de prevención son esenciales para permitir reducir significativamente la frecuencia y gravedad de accidentes laborales que ocurren en los restaurantes.

En el sector restauración los riesgos laborales pueden dividirse en dos grandes grupos:

. Por un lado los que ocurren en la cocina. Se dan durante todo el proceso de preparación de alimentos y limpieza de platos y utensilios y quienes están expuestos son principalmente los cocineros y ayudantes de cocina. 

. Por otro lado los que ocurren durante el servicio al cliente en el área de restaurante como tal. Quienes están expuestos son  camareros, sumilleres y cualquier persona que desempeñe su labor en este área de trabajo (mostrador, cajera, etc..)

En este artículo vamos a centrarnos en el área de COCINA.

Los cocineros se enfrentan a riesgos derivados de los procesos de preparación de alimentos (hornos, placas, herramientas afiladas, contacto con temperaturas extremas de frío y calor, humos de cocina, suelos resbaladizos ...). El uso de objetos cortantes, productos calientes o congelados, el uso de productos químicos para ciertas tareas como lavar los platos, el contacto con residuos, entre otros, son otros de los principales focos de riesgo.

Además, las condiciones de trabajo de la cocina son propicias para que se produzcan caídas: suelos a menudo mojados o resbaladizos después de limpiar la  suciedad de alimentos líquidos derramados, aceite, etc... 

Asimismo, el trabajo en cocina, está inevitablemente acompañado de una serie de factores como la producción de vapor de agua,  el humo generado por el  aceite, liberación de  calor, etc.. que están presentes durante el desempeño del trabajo y que entorpecen la visibilidad y claridad a la hora de hacer las cosas.


Por tanto,  los principales riesgos a tener en cuenta en la cocina son:

Caídas que pueden dar lugar a esguinces, contusiones y fracturas

Cortes con cuchillos u otros instrumentos/maquinaria

Quemaduras como consecuencia del uso de productos calientes, fuentes de calor (hornos, freidoras..) , por  vapor o pulverización.

Trastornos musculoesqueléticos como consecuencia del trabajo. Habitualmente  trastornos periarticulares que causan dolor en la muñeca (síndrome del túnel carpiano), el codo (codo de tenista, codo de golfista), de hombro (brazos extendidos tendinitis) y lesiones crónicas de la columna vertebral (dolor de cuello, dolor de espalda baja).

Riesgos derivados de la manipulación manual de cargas y desplazamientos: ollas ,platos, sartenes, carga y descarga de hornos y lavavajillas ...

•Otros riesgos derivados de manipulaciones repetitivas realizadas a un ritmo constante en la preparación de platos, posturas forzadas (mucho tiempo de pie inclinándose hacia adelante con la posición frecuente brazos extendidos, flexión, torsión ...), riegos derivados del uso constante de vibraciones generadas por herramientas electromecánicas como batidores, etc...  son fuentes de enfermedades del aparato locomotor.

Riesgos  químicos derivados del contacto con sustancias de limpieza y desinfección. A menudo se trata de productos químicos fuertes que pueden causar intoxicación por inhalación o absorción  así como quemaduras en piel y ojos, o sensibilización alérgica (eczema, asma ...).Estos trastornos irritativos y / o alérgicos llegan a la piel (dermatitis, eczema) y mucosa bronquial (asma). 

Los vapores de cocción y los vapores emitidos durante la preparación de alimentos, son calientes y a menudo aceitosos, con olores más o menos intensos y no sólo puede ser desagradables sino que pueden resultar irritantes para las vías respiratorias:  Los gases, vapores y el humo producido por carbonización grasas animales sobre aparatos de cocina contiene benzopireno, clasificado como probable carcinógeno .

Riesgos biológicos:  La manipulación de alimentos constante puede causar trastornos de la piel: dermatitis irritación, dermatitis de contacto alérgica a las proteínas de origen animal (carne, hígado, pescado, crustáceos o moluscos) y plantas (vegetales, frutas, especias) o enzimas y aditivos alimentarios (amilasa, ácido benzoico ...).

Una consecuencia bastante frecuente entre profesionales de la cocina es la aparición de verrugas en las palmas de las manos y los dedos, la piel e infecciones por hongos de uñas, derivadas en su mayoría del contacto con frutas, jugos y sus residuos.

La frecuencia de infecciones secundarias de heridas de la piel por gérmenes patógenos presentes en residuos, las vísceras, etc.. es también un riesgo laboral frecuente, así como la contaminación transcutánea por el contacto directo de las mucosas oculares con determinadas sustancias de forma accidental.

Riesgos de incendio por  el uso de hornos, cocinas con quemadores de gas, presencia de muchos productos inflamables (freidoras de aceite ...).

Riesgos psicosociales: La carga mental de trabajo (horarios extensos e irregulares, trabajo nocturno, fines de semana y festivos, los requisitos de velocidad y calidad de servicio, la presión de memoria constante de órdenes debido a los picos de actividad, etc...pueden ser también  fuente de enfermedades psicosomáticas.

El trabajo bajo presión durante la preparación de comidas y el respetar los tiempos de comida puede derivar en otros problemas conflictos con compañeros,  conflictos por quejas de clientes insatisfechos, etc... en definitiva,  una serie de situaciones que pueden generar consecuencias emocionales difíciles de soportar psicológicamente si se mantienen durante un largo periodo de tiempo y que pueden inducir a un estrés constante en el lugar de trabajo que  derive en alteraciones psicológicas, síntomas de ansiedad, síntomas de depresión etc.. hecho que a su vez puede llevar a una dependencia de alcohol o tranquilizantes y a trastornos somáticos (digestivo , cardiovascular) ...

En este caso, los trabajadores de temporada , en su mayoría estudiantes o empleados con poca o ninguna experiencia laboral, son los más vulnerables.

Medidas de prevención de riesgos en los restaurantes

Un buen plan de prevención de riesgos puede evitar en su totalidad esta larga lista de riesgos asociados al trabajo en cocina. Aspectos tan básicos como una correcta revisión de las instalaciones de la cocina (maquinaria, extracción de área, suelos antideslizantes, instalación eléctrica, etc...) pueden prevenir un buen número de accidentes que se dan a diario en muchas cocinas.

El uso de medidas de protección (vestuario apropiado, uso de guantes para determinadas tareas, máscaras  de respiración, etc..) es fundamental para evitar los riesgos asociados del contacto con sustancias químicas y biológicas.

La formación: Clave para evitar riesgos laborales

Por tanto, la multiplicidad, la frecuencia y gravedad de los accidentes  que pueden ocurrir en la cocina de un restaurante o establecimiento hotelero, necesitan de  una correcta formación a los trabajadores. 

En este sentido es importante concienciar tanto a empresarios como a empleados de la importancia de conocer los riesgos que pueden darse y cómo prevenirlos. 

En un sector donde, a menudo, los trabajadores son estacionales o temporales y donde se presentan sobrecargas  de trabajo importantes y sesiones mínimas de información sobre los riesgos y cómo prevenirlos, la sensibilización con respecto a la importancia de una buena formación en PRL es fundamental para garantizar la salud de los empleados.

Cardioprotección en el lugar de trabajo


Las paradas cardiorespiratorias son una de las principales causas de mortalidad en España.


Más de 70.000 personas(1) sufren cada año un infarto agudo de miocardio. De ellas, 30.000 mueren por parada cardiorrespiratoria antes de llegar al hospital.



Cardioproteger los espacios  de trabajo es una medida clave para conseguir disminuir esta cifra.  

La implantación de desfibriladores  y el hecho de que pueda atenderse rápidamente al afectado en un periodo de entre 4-5 minutos es de vital importancia. Por cada minuto que se pierde se estima que existe un 10% menos de posibilidades de sobrevivir al episodio. 


En España estamos lejos de las cifras que se barajan en otros países con respecto a la implantación de desfibriladores.  En términos generales, para igualar a otros países europeos, España tendría que multiplicar por cinco el número de desfibriladores (2).

Las diferencias con EEUU aún son mayores. En EEUU, donde hace tiempo que existe una fuerte concienciación con respecto a cardioproteger espacios. Esto hace que el índice de supervivencia sea de un 50% frente al  4% de España.

  • Desfibriladores ¿Dónde y cómo?


Un desfibrilador semi-automático requiere unos conocimientos mínimos de formación pero en general su uso es sencillo. Es importante que en el lugar de trabajo se designe un equipo de personas que conozcan el uso de estos aparatos y las bases de la recuperación cardiopulmonar. 

El Real Decreto 365/2009, de 20 de marzo establecen las condiciones y requisitos mínimos de seguridad y calidad para el uso de desfibriladores automáticos (DEA)y semiautomáticos externos (DESA) fuera del ámbito sanitario.

Algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de implantar desfibriladores  son: 

.Para su instalación, las entidades públicas o privadas así como los particulares que pretendan instalar un DEA, deben notificarlo a la autoridad sanitaria de la Comunidad Autónoma (CCAA) del lugar o del establecimiento en el que se vaya a disponer.

.Cada  CCAA establecerá el procedimiento de notificación oportuno, de acuerdo con sus competencias.

.Las CCAA establecerán los mecanismos necesarios para autorizar el uso de los DESA/DEA a todas aquellas personas que estén en posesión de los conocimientos mínimos y básicos necesarios para ello.

Los programas de formación, tanto inicial como continuada, para el personal no sanitario, serán organizados tanto por las CCAA como por entidades públicas o privadas debidamente autorizadas para ello.


El programa de formación deberá, al menos, desarrollar los siguientes contenidos:

.Identificación de las situaciones susceptibles de uso de desfibriladores.
.Utilización del desfibrilador semiautomático externo.

La duración del curso  (entre 8-12 horas) depende de la normativa de cada CCAA.

Obligatoriedad  versus Concienciación: 

En determinados espacios, el uso de desfibriladores es obligado (centros deportivos, hoteles, locales de espectáculo, centros de enseñanza,  residencias geriátricas, etc...). Independientemente esta obligatoriedad,  es importante que las empresas consideren esta medida como una más dentro del conjunto de acciones destinadas a prevenir y vigilar la salud de sus trabajadores. 

Cada vez son más las empresas "saludables" que voluntariamente cuentan con desfibriladores como parte de sus acciones de responsabilidad corporativa. El siguiente paso sería incluir la implantación de desfibriladores en la normativa referente a Prevención de Riesgos Laborales. 

De este modo, seguramente aumentaría el número de supervivientes a un episodio de parada cardiorrespiratoria y se estarían salvando muchas más vidas.




(1): Según datos de Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)
(2): Según datos de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC (Sociedad Española de Cardiología).

BIOMECÁNICA LABORAL: ¿Qué sucede después de una sesión de osteopatía?

Dentro del concepto Prevención de Riesgos Laborales la biomecánica laboral juega un papel clave para velar por un buen estado de salud de los trabajadores.


Es una nueva forma de entender la salud laboral y garantizar una plantilla saludable a la vez que una mayor productividad. 


La biomecánica es la ciencia que estudia la manera en la que el cuerpo genera movimiento. En el ámbito laboral esto se traduce en estudiar la interacción del empleado con las herramientas, cargas, materiales, etc.. que utilice en su actividad diaria así como su postura corporal con el fin de minimizar lesiones. 

En Geseme entendemos la prevención de riesgos laborales como un servicio integral y personalizado encaminado hacia la búsqueda continua de la mejora de la salud global del trabajador y la "no lesión". Por ello, ofrecemos un servicio de biomecánica que basa su eficacia en el estudio y análisis de las diferentes patologías osteomusculares en el entorno laboral y su posterior acción terapéutica utilizando para ello diferentes herramientas como la Osteopatía, Podología o la Ergonomía.

En este artículo hemos querido profundizar en el área de Osteopatía contestando una pregunta frecuente entre nuestros clientes antes de contratar un servicio  de Biomecánica:

¿Qué sucede después de una sesión de osteopatía? ¿Qué beneficios aporta en el ámbito laboral?. Jesús Vega, biomecanicista laboral colaborador de Geseme, nos resuelve estas dudas:

  • ¿Qué ocurre en nuestro cuerpo después de una sesión con el osteópata?

Todo cambio brusco de uno o varios elementos en el interior del organismo comporta una confusión que este organismo intenta reducir para crear un nuevo orden, y le permita mantener un buen funcionamiento.

El terapeuta busca y libera zonas de tensión. Crea cambios en la organización mecánica del cuerpo. De ello resulta un cierto desorden. El cuerpo se ve obligado, después de esta modificación, a crear un nuevo equilibro.

Será el organismo solo el que realice el trabajo de ajuste íntimo y profundo y para el cual se necesita un cierto tiempo.


  • ¿Por qué fases pasa el cuerpo después de una sesión de osteopatía? 

Esas fases de ajuste y las reacciones que se producen, varían de una persona a otra.
Para algunos, esta fase pasará casi desapercibida; para otros, se manifestará de forma muy importante.

Justo después, a menudo existe una sensación de gran relajación y gran ligereza, acompañado algunas veces de la sensación de flotar « un poco ».

Seguidamente, la reacción la más frecuente es la fatiga que puede aparecer en los minutos o las horas que siguen  la sesión y durar de unas horas hasta dos o tres días.


  • Muchas personas se sienten “agotadas” después de una sesión de osteopatía ¿debemos preocuparnos por esa sensación?

En absoluto, algunas veces, el cansancio es acompañado por la sensación de haber sido apaleado. El paciente puede sentir como dolores difusos, profundos, internos, como después de un gran esfuerzo pero no debemos preocuparnos. Estas dos reacciones son consecutivas a la nueva puesta en circulación de las toxinas que estaban estancadas en las zonas de inmovilidad liberadas por la sesión.

Por otro lado, las toxinas están puestas de nuevo en la circulación y el organismo debe filtrarlas y eliminarlas, como si vinieran de ser creadas. La persona tiene agujetas como después de un gran esfuerzo.

Cabe destacar que estas reacciones pueden ser proporcionales a la importancia y al número de las zonas que han sido liberadas, pero también al grado de facilidad del cuerpo a gestionar sus toxinas.

Algunas veces, el dolor que llevó al paciente a consultar puede intensificarse durante varios días.


  • ¿Cómo sabremos si la sesión de osteopatía nos ha aportado beneficios?

Durante los tres días que siguen a una sesión de osteopatía, nada esrealmente significativo. Fatiga y dolor pueden ser normales y no indican que la sesión haya sido un fracaso.

Estas reacciones también explican por qué las sesiones no deben ser muy seguidas. El organismo necesita por lo menos una semana para « digerir » una sesión, y antes de esto, una nueva intervención crearía más perturbaciones que bienestar.

Es por tanto a medio plazo teniendo en cuenta la periodicidad con la que se realizan las sesiones cuando empezaremos a notar los beneficios de este tipo de sesiones.