BIOMECÁNICA LABORAL: ¿Qué sucede después de una sesión de osteopatía?

Dentro del concepto Prevención de Riesgos Laborales la biomecánica laboral juega un papel clave para velar por un buen estado de salud de los trabajadores.


Es una nueva forma de entender la salud laboral y garantizar una plantilla saludable a la vez que una mayor productividad. 


La biomecánica es la ciencia que estudia la manera en la que el cuerpo genera movimiento. En el ámbito laboral esto se traduce en estudiar la interacción del empleado con las herramientas, cargas, materiales, etc.. que utilice en su actividad diaria así como su postura corporal con el fin de minimizar lesiones. 

En Geseme entendemos la prevención de riesgos laborales como un servicio integral y personalizado encaminado hacia la búsqueda continua de la mejora de la salud global del trabajador y la "no lesión". Por ello, ofrecemos un servicio de biomecánica que basa su eficacia en el estudio y análisis de las diferentes patologías osteomusculares en el entorno laboral y su posterior acción terapéutica utilizando para ello diferentes herramientas como la Osteopatía, Podología o la Ergonomía.

En este artículo hemos querido profundizar en el área de Osteopatía contestando una pregunta frecuente entre nuestros clientes antes de contratar un servicio  de Biomecánica:

¿Qué sucede después de una sesión de osteopatía? ¿Qué beneficios aporta en el ámbito laboral?. Jesús Vega, biomecanicista laboral colaborador de Geseme, nos resuelve estas dudas:

  • ¿Qué ocurre en nuestro cuerpo después de una sesión con el osteópata?

Todo cambio brusco de uno o varios elementos en el interior del organismo comporta una confusión que este organismo intenta reducir para crear un nuevo orden, y le permita mantener un buen funcionamiento.

El terapeuta busca y libera zonas de tensión. Crea cambios en la organización mecánica del cuerpo. De ello resulta un cierto desorden. El cuerpo se ve obligado, después de esta modificación, a crear un nuevo equilibro.

Será el organismo solo el que realice el trabajo de ajuste íntimo y profundo y para el cual se necesita un cierto tiempo.


  • ¿Por qué fases pasa el cuerpo después de una sesión de osteopatía? 

Esas fases de ajuste y las reacciones que se producen, varían de una persona a otra.
Para algunos, esta fase pasará casi desapercibida; para otros, se manifestará de forma muy importante.

Justo después, a menudo existe una sensación de gran relajación y gran ligereza, acompañado algunas veces de la sensación de flotar « un poco ».

Seguidamente, la reacción la más frecuente es la fatiga que puede aparecer en los minutos o las horas que siguen  la sesión y durar de unas horas hasta dos o tres días.


  • Muchas personas se sienten “agotadas” después de una sesión de osteopatía ¿debemos preocuparnos por esa sensación?

En absoluto, algunas veces, el cansancio es acompañado por la sensación de haber sido apaleado. El paciente puede sentir como dolores difusos, profundos, internos, como después de un gran esfuerzo pero no debemos preocuparnos. Estas dos reacciones son consecutivas a la nueva puesta en circulación de las toxinas que estaban estancadas en las zonas de inmovilidad liberadas por la sesión.

Por otro lado, las toxinas están puestas de nuevo en la circulación y el organismo debe filtrarlas y eliminarlas, como si vinieran de ser creadas. La persona tiene agujetas como después de un gran esfuerzo.

Cabe destacar que estas reacciones pueden ser proporcionales a la importancia y al número de las zonas que han sido liberadas, pero también al grado de facilidad del cuerpo a gestionar sus toxinas.

Algunas veces, el dolor que llevó al paciente a consultar puede intensificarse durante varios días.


  • ¿Cómo sabremos si la sesión de osteopatía nos ha aportado beneficios?

Durante los tres días que siguen a una sesión de osteopatía, nada esrealmente significativo. Fatiga y dolor pueden ser normales y no indican que la sesión haya sido un fracaso.

Estas reacciones también explican por qué las sesiones no deben ser muy seguidas. El organismo necesita por lo menos una semana para « digerir » una sesión, y antes de esto, una nueva intervención crearía más perturbaciones que bienestar.

Es por tanto a medio plazo teniendo en cuenta la periodicidad con la que se realizan las sesiones cuando empezaremos a notar los beneficios de este tipo de sesiones.