Las misiones humanitarias se han profesionalizado en las últimas décadas y cada vez son más los trabajadores humanitarios que desarrollan su labor para organizaciones de diversa índole que tienen como fin la ayuda humanitaria.
Estos trabajadores deben enfrentarse a unas condiciones habitualmente difíciles.
Pobreza, zonas destrozadas por fenómenos metereológicos, condiciones de inseguridad en zonas de conflictos armados, exposición a acontecimientos potencialmente traumáticos, etc..son el tipo de condiciones en las que habitualmente desarrollan su trabajo.
De este modo, los trabajadores humanitarios viven y trabajan a menudo en condiciones desagradables, físicamente exigentes enfrentándose a diferentes tipos de "cargas". Por un lado, la carga que implica una labor de estas características (largas horas de trabajo, fatiga crónica, etc..). Por otro lado, la angustia moral y el estrés que supone el tener que tomar determinadas decisiones o exponerse a determinados acontecimientos. Además, también se enfrentan al estrés laboral que se da en general en cualquier sector o trabajo pero con el agravante de la falta de recursos y las condiciones de emergencia que suelen darse en este tipo de misiones.
¿Cuáles son las consecuencias de estas experiencias a nivel psicológico cuando vuelven a casa?
Depresión, ansiedad, problemas psicosomáticos, sobre-identificación con las poblaciones beneficiarias, insensibilidad, apatía, conductas autodestructivas, conflictos interpersonales o síndromes postraumáticos son los principales riesgos de salud que afectan a este tipo de trabajadores.
Prevención: Clave para evitar el estrés al que se enfrenta el trabajador humanitario
El primer paso para evitar los efectos de las situaciones a las que se exponen los trabajadores humanitarios es preparar al individuo para la labor a realizar, enseñándole a afrontar diferentes grados de estrés a los que tendrá que enfrentarse.
También es fundamental determinar la persona más adecuada para cada tarea.
Para ello, es importante detectar las predisposiciones de las personas que se van a enviar a la labor humanitaria ya que de este modo puede darse un entrenamiento previo al trabajador adaptándolo a la personalidad y forma de gestionar diferentes tipos de estrés de cada persona.
Este entrenamiento previo - que debe incluir, entre otros el aprender a gestionar las emociones y aprender a disasociar- es clave para la prevención de trastornos psicológicos.
Formación:
Dentro de la prevención, la formación juega asimismo un papel clave. En este sentido, debe formarse a los trabajadores para que sean capaces de detectar las fuentes de estrés (tanto a nivel individual como del equipo) así como a reconocer los signos y efectos del estrés en sí mismos y en compañeros.
Seguimiento a posteriori
Igual de importante es la prevención como el seguimiento a posteriori.
Los efectos del estrés de un trabajo de estas características no desaparecen de forma inmediata al acabar la misión de ahí que el realizar un seguimiento del trabajador con respecto a los problemas de adaptación, emocionales o familiares que persisten tiempo después de la finalización de la misión sea un elemento indispensable para la vigilancia de la salud de este tipo de trabajadores.