Cuando se implementa en una organización un plan de
mejora de la salud no siempre se tienen claros los beneficios que todos los
implicados pueden obtener.Algunos cambios son más evidentes que otros, algunos
más rápidos que otros, pero toda organización que apuesta por incorporar
medidas que promuevan hábitos saludables obtiene su recompensa.
Las primeras semanas empiezan a verse pequeños cambios:
- Empleados que fuman menos o se plantean dejar de fumar
- Se empiezan a ver más “fiambreras” en la zona habilitada para comer. En la mayoría de casos el preparar la comida en casa se trata de una opción que permite controlar mejor lo que se come y facilitar un cambio de hábitos alimenticios más saludable.
- La bollería tiende a desaparecer en los desayunos de trabajo y poco a poco pasa a ser sustituida por piezas de fruta.
- Se aprecia una mayor actividad en la oficina. Esta es otra de las consecuencias de implementar un programa de salud en la empresa. No hay nada peor para la salud que el sedentarismo y no moverse de la silla durante do el día. Uno de los comportamientos saludables más básicos es fomentar la actividad física. Se levantarán más de sus mesas y/o moverán más de su puesto de trabajo pero eso es mucho más saludable que pasar todo el día delante del ordenador sin levantarse.
En
los primeros meses los cambios empiezan a ser más
profundos
Cuando los trabajadores empiezan a comprobar que se
sienten mejor con unos mejores hábitos a medida que avanzan las semanas el
grado de compromiso y motivación a seguir con ese cambio de hábitos es cada vez
mayor.
Es por ello que después de unas semanas se notan mejoras
en el clima laboral debido a que:
- El estado de ánimo mejora con unos buenos hábitos alimenticios y de estilo de vida. De sobras es conocido que la práctica de deporte genera la producción de endorfinas (la hormona de la felicidad). Después de unas semanas se aprecian empleados más felices, más motivados, enérgicos y de mejor humor.
- Mejoran las relaciones entre compañeros.
Se trata de una consecuencia del punto anterior. Con empleados más felices es más fácil que aumente el entendimiento, el compañerismo y se trabaje mejor en equipo.
- Menor grado de estrés:El estrés afecta directamente a nuestra salud. Dentro de un programa de salud, el aprender a manejar mejor el estrés es un elemento clave. Si los empleados consiguen reducir su grado de estrés y prevenir situaciones que originen momentos de estrés toda la organización se verá favorecida de ello, además de la salud de los propios empleados. Unos buenos hábitos de estilo de vida ayudan a reducir el grado de estrés y a la inversa, reducir el nivel de estrés lleva a un estado físico y mental equilibrado que acabará repercutiendo en unos hábitos de estilo de vida saludable. Es un pez que se muerde la cola, de ahí la importancia de implementar programas de salud que enseñen a los empleados a manejar y tener un mejor control del grado de estrés.
Al
año o a durante primeros años
de implementar un programa de salud en la empresa empiezan a apreciarse los beneficios
de forma más tangible:
Se ha demostrado que los programas de salud tienen
un ROI (Retorno de la Inversión) de 3:1 que viene motivado por
- Por un aumento de la productividad: Los trabajadores sanos son más productivos que aquellos que no llevan un estilo de vida saludable. Conforme los hábitos van cambiando hacia más saludables, los trabajadores se sentirán más activos y consecuentemente más productivos.
- Disminución de los problemas de salud y del absentismo laboral
UNA EMPRESA SALUDABLE = UNA EMPRESA RENTABLE
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